CATA PARA PRINCIPIANTES I:
FASE VISUAL
La primera de las anotaciones que
tendremos que realizar es la de la fecha
en la que se realiza la cata. Hemos de tener en cuenta que el plazo
máximo de validez de una ficha de cata es de un año. Esta indicación nos
servirá además para ver cómo evolucionan los mismos vinos catados en fechas
posteriores y para ir verificando nuestras predicciones.
En el caso de que no sea una cata a
ciegas apuntaremos además la cosecha,
el nombre del vino y la bodega, además el grado alcohólico como cuantas anotaciones puedan resultar de
interés, como variedades, tipo
de crianza, origen del roble en su caso, etc.
Nada más llenar la copa procederemos a
mirar a través del vino. De esa forma se puede apreciar su limpieza y
transparencia, generalmente los vinos no presentan defectos, teniendo en cuenta
la escrupulosidad con que se trabaja actualmente.
Acto seguido inclinaremos la copa y
miraremos a través del vino siempre sobre una superficie blanca, un folio
escrito, como una ficha de cata resultan ser los más adecuados. De esta forma
podremos apreciar la intensidad de color con mayor facilidad. Para los vinos
blancos se requiere más experiencia que para los tintos, si no somos capaces de
leer a través de un vino tinto diremos que la capa o intensidad colorante es
alta, si leemos con cierta dificultad diremos que la capa es media y si finalmente
leemos con gran facilidad diremos que la capa es baja.
Por el simple hecho de inclinar la copa
tendremos simultáneamente lo que se conoce como capa fina y capa gruesa. En el
borde de la copa inclinada el espesor del vino es inferior que en el centro de
la copa, se conocen también bajo los nombres respectivos de menisco y corazón.
Definida la intensidad o capa colorante pasaremos a definir el color y para que nos resulte más sencillo a continuación se facilita un listado de colores.
TINTOS
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BLANCOS
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ROSADOS
|
Rojo (claro, oscuro)
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Incoloro
|
Gris
|
Rojizo
|
Blanco
|
Champán
|
Rojo franco
|
Amarillo (pálido,oscuro)
|
Rosado
|
Rojo violeta
|
Amarillo verdoso
|
Clarete
|
Rojo amapola
|
Amarillo canario
|
Rosa violeta
|
Rojo cereza
|
Amarillo limón
|
Rosa franco
|
Rojo grosella
|
Amarillo paja
|
Rosa peonía
|
Rojo sangre
|
Pajizo
|
Rosa cereza
|
Rojo fuego
|
Amarillo dorado
|
Rosa frambuesa
|
Rojo ladrillo
|
Amarillento
|
Rosa carmín
|
Rojo anaranjado
|
Junquillo
|
Rosa amarillo
|
Rojo amarillento
|
Topacio
|
Rosa anaranjado
|
Rojo marrón
|
Topacio quemado
|
Rosáceo
|
Carmín
|
Oro pálido
|
Rojizo
|
Rubí
|
Oro verde
|
Albaricoque
|
Rubí quemado
|
Oro fino
|
Piel de cebolla
|
Granate
|
Oro viejo
|
Anaranjado
|
Granadina
|
Oro rojo
|
Salmón
|
Bermejo
|
Dorado
|
|
Bermellón
|
Roux
|
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Púrpura
|
Rojizo
|
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Purpúreo
|
Hoja seca
|
|
Purpurino
|
Bistre (humo)
|
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Violeta
|
Castaño
|
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Violáceo
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Agua de castañas
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Azul
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Madera
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Azulado
|
Maderizado pardo
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Negro
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Ambar
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Negruzco
|
Anteado
|
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Teja
|
Cobrizo
|
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Pajizo
|
Pardo
|
|
Ojo de perdiz
|
Parduzco
|
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Marrón
|
Caoba
|
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Ocre
|
Caramelo
|
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Café
|
Manchado
|
Los colores en demasiadas
ocasiones son simplemente orientativos. Con frecuencia habremos oído que un
vino tiene un color rojo-rubí y pongamos por caso que se trate de un vino de
Burdeos, si preguntamos a un gemólogo que de qué color es un rubí, tal vez nos
indique que se trata de un rojo-burdeos.
No ha de obsesionarnos tanto
la definición como la interpretación del color. Los vinos blancos podrán ser
amarillos y dorados, con su correspondiente tono y los vinos tintos serán rojos
con su correspondiente tono. Ante la dificultad de distinguir consistentemente
entre por ejemplo un rojo guinda de un rojo cereza o picota, pasemos a
distinguir entre los conceptos de variación y evolución.
Gracias a que hemos inclinado
la copa podremos o no apreciar si existen diferencias de tonos entre la capa
fina y la capa gruesa, o menisco y corazón, como hemos definido ya anteriormente.
Pongamos por caso que en la capa gruesa el color es rojo cereza y que sin
embargo en la capa fina se aprecian notas violáceas. En este caso podremos
hablar de un vino en el que hay variación en el tono y sin embargo no hay
evolución.
Variación es por tanto que en
el color del vino se puedan apreciar varios tonos y evolución es la aparición
de tonos que reflejen el paso del tiempo, tonos dorados para los vinos blancos
y anaranjados, pardos e incluso café para los tintos.
En todos los colores de los
vinos se tiene que dar alguna de las siguientes combinaciones:
- Sin variación ni evolución. En el caso de vinos blancos se trataría por ejemplo de un amarillo pajizo desde la capa fina hasta la capa gruesa y sin ninguna nota dorada. Podría ser también el caso de un tinto con un color rojo-cereza, nuevamente desde el menisco al corazón y sin ninguna nota parda o violácea.
- Variación sin evolución. Hay muchos tintos jóvenes que tienen colores muy vivos en el corazón, como podría ser un rojo-cereza, pero en el menisco y solo en el menisco apararecen notas violáceas. Se trata por tanto de varias notas de color cereza y violeta pero a pesar de la variación no hay evolución, es decir no hay notas parduzcas que apunten a pensar en el paso del tiempo.
- Variación con evolución. Sería el caso de un vino en el que haya, por ejemplo, un rojo-rubí en el corazón y un rojo-teja en el menísco. Hay por tanto no solo varios tonos, sino que además se aprecia el paso del tiempo.
- Evolución sin variación. Los vinos en este estadío podrán estar como mucho en el momento final de su vida, si se trata de blancos y tintos, aunque aún podrían tener vida por delante si se trata de vinos generosos, como un oloroso. Serán vinos que presenten colores muy pardos, incluso caoba sin ninguna nota de viveza rojiza en el caso de tintos o carencia de notas amarillentas y solo presencia de notas muy doradas, oro-viejo, en el caso de vinos blancos.
(Joaquín Gálvez Bauzá)
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