CATA PARA PRINCIPIANTES III:
FASE GUSTATIVA
Tomaremos una cantidad de
vino que nos resulte cómoda, entre 6 y 10 cc. durante unos 10 a 15 segundos y
apreciaremos su intensidad o cuerpo, realmente en este momento utilizaremos la
boca como una auténtica balanza y evaluaremos la cantidad de extracto seco que
hay en el vino. De esta forma podremos clasificar los vinos dentro de alguna de
las siguientes categorías: vinos ligeros, de cuerpo medio y de gran cuerpo.
Empleamos la palabra intensidad en primer lugar para ser consistentes con
nuestra metodología.
Los gustos elementales, por
orden y zona de percepción son los siguientes:
- Dulce: Punta de la lengua
- Salado: Punta e inicio de los bordes de la lengua
- Ácido: Bandas de la lengua
- Amargo: Al final de la lengua
Otras sensaciones que
percibiremos en boca son sensaciones tactiles y pseudo-tactiles, y sus
responsables son:
- Calor: Alcohol
- Astringencia: Taninos (que coagulan la mucina, proteina de la saliva)
- Picor: Anhídrido carbónico
- Frescura: Acidez
- Temperatura: Temperatura
- Untuosidad: Azúcares residuales
Nos podrá resultar de
utilidad este breve vocabulario gustativo, en orden creciente, referido a:
- Alcohol: Ligero, medio, cálido, ardiente
- Acidez: Plano, fresco, ácido, muy ácido, duro
- Azúcar: Seco, abocado, semi-seco, semi-dulce, dulce
- Extracto: De cuerpo ligero, de cuerpo medio, de gran cuerpo
- Carbónico: Picante, aguja, espumoso
- Aspereza: Ligero, astringente, áspero
- Taninos: Maduros, secos, secantes, verdes, acerbo
Hemos de hacer una evaluación
de cual es el gusto o sensación táctil o pseudo-táctil dominante o si existe equilibrio
gustativo. Es muy importante tener siempre en cuenta que los vinos, como
cualquier otra bebida de calidad ha de resultar equilibrada. En el caso de los
vinos es posible que este equilibrio no exista en un principio, pero será
necesario que este se alcance a lo largo de los años para poder asegurar que
nos encontramos frente a un vino de calidad.
Los vinos jóvenes, y
entiéndase por tales aquellos para ser consumidos dentro del plazo de un año
desde que son comercializados, habrán de ser necesariamente equilibrados desde
su nacimiento para que sean vinos de calidad. Los vinos jóvenes, no mejorarán
con el paso de los años, sino que empeorarán y por ello no se puede justificar
una falta de equilibrio gustativo aduciendo que ésta desaparecerá con el paso
del tiempo. Podremos tolerar que por ejemplo en un vino enverado exista una
sensación dominante de acidez, siempre y cuando confiera al vino un carácter
refrescante, pero que estas sensaciones no lleguen nunca a ser duras, esto
penalizaría su calidad.
Uno de los factores para
alcanzar el equilibrio gustativo es el del momento de vendimia, pero en
demasiadas ocasiones se han considerado de exclusivamente la acidez y grado
alcohólico potencial. De esa forma se podrá alcanzar por tanto un equilibrio de
estos dos elementos, es decir de la acidez y de los gustos dulces, pero no son
suficientes para alcanzar la plenitud gustativa.
En los vinos tintos es
esencial buscar además el equilibrio de la piel de las uvas, pues tras la
maceración se obtendrán los gustos de ésta. En los blancos es además necesario
considerar cual es el momento de máximo potencial aromático. El mejor análisis
es probar las uvas pero resulta un método difícilmente operativo y por ello se
extrapola el análisis del contenido en antocianos de las pieles pues se
manifiesta de forma proporcional al gusto, o madurez gustativa de las mismas,
ésta obviamente varía de cosecha a cosecha según como sean las condiciones
climáticas.
Es importante tener en
consideración el “Indice de Suavidad de los vinos” desarrollado por Emile
Peynaud y Jean Ribereau Gayon. Para que un vino pueda ser considerado suave es
necesario que el resultado de la siguiente fórmula:
Grado alcohólico - (acidez
total en sulfúrico + gramos por litro de taninos) sea mayor o igual a 5.
Ejemplos:
A) 12 - (3.3 + 1.8) = 6.9
B) 10.5 - (4.2 + 2.4) = 3.9
Con estos ejemplos se puede
llegar a entender que el equilibrio de sensaciones gustativas va más allá de la
simple consideración de azúcares y acidez, pero nosotros hemos de entender
asimismo que un vino por el simple hecho de ser suave no es necesariamente
bueno.
Uno de los conceptos más
difíciles de explicar en la cata de vinos es el de “peso de fruta”. Resulta más
sencillo de explicar con vinos tintos que con vinos blancos. Sabemos que el
cuerpo es la apreciación del extracto seco, si un vino ha permanecido un tiempo
de crianza en barrica nueva su extracto seco será mayor que el del mismo vino
que no haya pasado por madera. El peso de fruta hace referencia al equilibrio
del extracto seco de la fruta, frente al de la barrica.
Cuerpo y extracto seco son
sinónimos, sin embargo podremos encontrar vinos de gran cuerpo y con poco peso
de fruta, como vinos ligeros o medios y con un gran peso de fruta. El peso de
fruta es de hecho una de las claves para la determinación del potencial de
envejecimiento de los vinos.
Finalmente dentro de la fase
gustativa tendremos que hacer una evaluación de la calidad, hasta ahora lo que
hemos hecho es una simple descripción, deberemos pronunciarnos sobre las
virtudes o defectos de estas sensaciones, una descripción sin una evaluación es
una descripción incompleta.
(Joaquín Gálvez Bauzá)
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